La temporada de pádel 2023 ha empezado igual que terminó la 2022: con muchos cambios de parejas. Desde hace unos años, en el pádel está cada vez más normalizada la tendencia de romper con la pareja del momento antes de terminar la temporada. Esta práctica no es ajena a las etapas de formación, donde también es habitual verla cuando los resultados no cumplen las expectativas iniciales.
Como comenté en el anterior post, en el deporte profesional hay muchos estímulos extrínsecos en juego, como los resultados en los torneos, los premios económicos y la posición en el ranking. Por lo tanto, aunque también sea recomendable que se cuide el factor pareja y tener paciencia con los resultados, a su vez es comprensible que deban conseguirlos más rápidamente.
Sin embargo, en etapas de formación, esta práctica es nociva por distintos motivos: priorizamos los resultados de competición por delante del proceso de aprendizaje, hay una prisa excesiva en la consecución de los objetivos de competición, y desvirtúa la importancia de valores como la responsabilidad, el compromiso y la persistencia.
Habiendo puesto esta realidad sobre la mesa, me gustaría explicar este concepto del pádel llamado “factor pareja” que he mencionado previamente. Este factor es cómo la relación entre los dos miembros de la pareja puede favorecer o dificultar el rendimiento competitivo y el bienestar personal de ambos, igual que pueden hacerlo los aspectos técnicos, tácticos, físicos, entre otros.
Y es que cabe mencionar que el pádel es un deporte colectivo pero que, a su vez, el equipo en pista son solo dos personas que no se pueden sustituir por otras a lo largo del partido, como en deportes como el baloncesto o el fútbol, sino que empiezan y terminan juntas la competición. A modo de símil, es lo más parecido a un matrimonio que podemos encontrar y, en la misma línea, se necesita mucho tiempo y trabajo conjunto para crear una relación fuerte y estable.
En este sentido, a continuación, explicaremos qué características ayudan a fortalecer la relación con una pareja nueva o que ya tenemos. Antes de empezar a comentarlas quiero destacar que no hay una manera ideal de hacer las cosas como pareja, sino que lo mejor es que lo que espera y lo que puede ofrecer cada miembro para conseguirlo sea lo más coherente posible.
Cómo fortalecer el factor pareja en el pádel y mejorar la relación
En primer lugar, lo que siempre pregunto cuando conozco a una pareja es: ¿qué objetivos tenéis individual y conjuntamente? Con mi experiencia, las respuestas que he ido escuchando son muy diferentes. Algunos/as priorizan aspectos de pista (por ejemplo, mejorar su posición en el ranking, superar rondas previas, alcanzar finales o ganar campeonatos), mientras que otros/as destacan más la importancia de aspectos externos (como tener una relación amistosa, poder hacer planes de ocio más allá del propio deporte). Por ello, lo primero donde pongo el foco es que las expectativas de ambos/as deportistas sean similares y compatibles.
En segundo lugar, una vez estamos seguros de que a nivel de objetivos la pareja trabaja para lo mismo, me interesa saber qué está dispuesto a hacer cada uno/a y qué no para cumplirlos. Si un miembro puede hacer muchos sacrificios y el otro no, lo más probable es que más pronto que tarde surja algún tipo de conflicto. Ambos deben tener compromiso y estar dispuestos a sacrificar algún aspecto por la pareja.
Otro aspecto importante es el perfil ideológico de cada persona: ¿qué necesita para sentirse cómoda dentro y fuera de la pista? Hay quien le gusta hablar entre los puntos o en los descansos para darse ánimos, o para corregir aspectos del juego… También hay quien prefiere no hablar demasiado, a menos que sea porque se necesita. Es importante saber qué necesita mi pareja y cómo le puedo ayudar, y viceversa.
Por último, algo que aún sorprende que se tenga que destacar es que se debería entrenar habitualmente con la pareja. Esto de competir con una pareja con la que no puedo entrenar, aunque tenga muy buen nivel y/o posición en el ranking, a largo plazo no es efectivo, ya que para competir correctamente se deben entrenar aspectos concretos conjuntamente. Esto no solo ayuda a trabajar aspectos concretos de técnica o táctica, sino que también favorece el conocimiento entre los dos miembros y cómo se pueden ayudar en situaciones puntuales que, de no entrenar juntos, lo desconocerían.
Por poner un ejemplo, estoy seguro de que todos los que alguna vez hemos jugado a pádel (aunque sea de forma totalmente amateur) nos podemos imaginar alguna pareja contra la que hemos jugado que, aunque no tuviera un nivel técnico o táctico altísimo, su rendimiento era bueno y siempre muy regular y que, cuando la situación le era desfavorable, siempre ha estado ahí sin bajar los brazos, acabara ganando o perdiendo. Pues esto es aprovechar el factor pareja en el pádel.
Para concluir lo que se ha comentado del factor pareja en el pádel, cabe destacar que:
- El factor pareja ayuda a marcar la diferencia.
- Conocerse entre los dos y mejorar conjuntamente requiere tiempo, no es inmediato.
- No hay una combinación “ideal” de pareja, pero sí perfiles compatibles.
- Es muy positivo tener puntos en común y que, las diferencias, complementen a la pareja.
- Cuantos más puntos en común se tengan (especialmente en aquellos aspectos más importantes), mayor será la probabilidad de éxito de la pareja.
Habiendo concluido la idea del artículo, me gustaría terminar con una reflexión para todas aquellas familias de deportistas en categorías de formación: el objetivo de vuestro/a hijo/a debe ser comprometerse con una pareja hacia unos objetivos comunes, y dar tiempo de margen para que se conozcan entre ellos y vayan entendiéndose en pista y mejorando conjuntamente.
Esto no se consigue de la noche a la mañana, como cuando te tomas una pastilla, requiere mucho esfuerzo y tiempo. A lo largo de su carrera deportiva (igual que en ámbitos como los estudios, el trabajo, la mejora personal), se van a encontrar conflictos que se deberán afrontar como una oportunidad de aprendizaje y mejora. Si al mínimo conflicto cambiamos de pareja (o de club), siempre seguiremos huyendo de algo, porque nunca es nada perfecto, siempre hay alguna dificultad.
Así que cuando se den conflictos, os animo a que escuchéis a los/as deportistas, habléis de su situación y reflexionéis sobre cómo se podría corregir sin tener que cambiar de pareja, ya que muchas veces hay otras decisiones antes que esta alternativa. Si la mejor alternativa es el cambio, no tiene por qué ser negativo, pero que no sea siempre la elección por defecto.
Como diría Joel Embiid, jugador de la NBA… Trust The Process.