Hoy en día el pádel es uno de los deportes más practicados en nuestro país, sobretodo después de la pandemia del Covid-19. Podemos decir que su expansión a nivel internacional ya es una realidad. Practicantes de todo el mundo disfrutan jugando a pádel por su fácil aprendizaje, su diversión, su sociabilidad, etc. Y sobretodo porque es un deporte que engancha. No obstante, aunque la expansión del deporte es moderna, el pádel tiene su historia, y las palas de pádel también.
Este hecho ha llevado a las marcas de pádel a innovar para hacer evolucionar año tras año a sus palas tanto a nivel de diseño como de fabricación.
Los mayores cambios de las palas de pádel son en la composición de materiales y su tecnología. Con los recientes avances tecnológicos se busca mejorar la calidad, el rendimiento y la durabilidad de las palas. La exigencia de los usuarios y la competencia de las marcas hace que la evolución de las palas sea algo necesario.
En sus inicios, las palas de pádel estaban hechas de madera con agujeros y una superficie de juego bastante pequeña. Tenían un grosor mucho más pequeño que el actual, aunque a pesar de ser más delgadas eran mucho más pesadas, aproximadamente de unos 400 gramos. Eso se debía a que el material utilizado carecía de tecnología, lo que hacia que las palas fueran menos cómodas y manejables.
Cambios y evolución de las palas de pádel
A partir de los años 80, las marcas empiezan a cambiar los materiales en la fabricación de las palas y substituyen la madera por la goma, más adelante goma EVA. Podríamos decir que este cambio hizo que las palas redujeran su peso de manera considerable y ampliaran la superficie de impacto, siendo el tacto más suave, más cómodo y reduciendo las vibraciones por el impacto de la pelota con la pala. Otro cambio importante en la evolución de las palas de pádel fue el grosor del perfil, que se pasó de 10 milímetros a 38 milímetros, lo que incremento las prestaciones de la pala con más potencia, control y confort.
Posteriormente los materiales utilizados en las palas fueron el aluminio, la pintura de caucho y resina, el grafeno, el kevlar, el titanio… Pero sobretodo el carbono y la fibra de vidrio, que son los dos compuestos más adoptados en la fabricación actual. Estos dos compuestos son mucho más resistentes, soportan más el desgaste y los continuados impactos.
Las formas
Desde hace varios años observamos que las marcas de pádel se centran en la fabricación de diferentes formas y prestaciones: redonda, lágrima y diamante.
Las palas redondas tienen un punto dulce de impacto más grande, lo que ayuda a tener un mejor control de pelota. Normalmente suelen tener un balance bajo y tienden a ser muy manejables.
Las palas en forma de diamante tienen su punto dulce en la parte alta de la pala, en la punta, lo que conllevará a tener más potencia de impacto. Son las para jugadores que buscan la potencia en todos sus golpes.
Y las palas en forma de lágrima, la mezcla entre las palas de forma redonda y de diamante. Suelen tener forma ovalada, y combinan control y potencia.
Finalmente podemos decir que en el mercado actual existe una gran variedad de oferta de palas de pádel. Cada marca con sus propias características, materiales, formas, tecnologías y diseños. Es difícil encontrar una pala «mala», pero si que es importante que el jugador valore sus características de juego para poder decidir correctamente y elegir la pala de pádel que más le convenga por su estilo de juego y se adapte a sus necesidades en la pista.