Domingo apasionante de finales el que se vivió en el Alicante Open 500. El público que se aproximó al Centro de Tecnificación de la ciudad valenciana disfrutó de dos auténticos partidazos donde la igualdad fue la tónica dominante. Martita Ortega y Sofia Araújo ganaron su primer título como pareja, mientras que en el lado masculino, Edu Alonso y Juanlu Esbrí besaron el cielo.
Martita Ortega y Sofia Araújo logran su primer título en el Alicante Open 500
La final femenina del Alicante Open 500 fue una auténtica batalla táctica y psicológica para lograr un triunfo muy deseado. Por un lado, tras hace poco más de un mes del anuncio de su unión, Martita Ortega y Sofia Araújo encaraban el partido con la ilusión de poder ganar su primer torneo. Sin embargo, en frente llegaba una dupla empeñada en demostrar que, pese a no tener el cartel de favoritas, podía dar la campanada del domingo. Y lo cierto es que Tamara Icardo y Virgina Riera pelearon con todo para lograr su objetivo.
La final fue un auténtico partidazo reinado por la igualdad entre las cuatro protagonistas que saltaron a la pista. Una lucha táctica y mental frenética que, como suele ocurrir en múltiples ocasiones en el mundo del pádel, se acabó decantando por los pequeños matices. Con las dos parejas muy sólidas a la hora de servir, las tablas en el marcador se rompieron en un doble tie-break en el que la española y la portuguesa fueron más resolutivas. Un guion apasionante que se repitió en ambos sets, en un partido que terminó con un doble 7-6 en el luminoso.
Un triunfo muy trabajado por parte de Martita y Sofia, que tuvieron que superar una gran prueba de fuego para sumar su primer triunfo como pareja. Con gran determinación en los momentos más importantes y con un juego inteligente, las ganadoras acabaron con la resistencia incansable de Icardo y Riera, que pese a hacer un gran esfuerzo se quedaron sin recompensa final.
Remontada de Edu Alonso y Juanlu Esbrí para cumplir un sueño
Si la primera final del domingo no decepcionó a nadie, los cuatro finalistas del cuadro masculino se encargaron de cerrar la jornada por la puerta grande. Un partido entre dos duplas que no estaban entre los grandes favoritos, por lo que el hambre para lograr la victoria aún era mayor. En este sentido, los primeros en golpear fueron Gonzalo Rubio y Javi Ruiz, que entraron conectados al encuentro desde el minuto uno. Los andaluces fueron más contundentes en el primer tramo de la final, rompiendo la igualdad con un primer break que fue determinante.
Pero Edu Alonso y Juanlu Esbrí no habían dicho la última palabra. Más bien todo lo contrario. Empujados por la ilusión ante la oportunidad que tenían delante, los dos jóvenes valencianos fueron capaces de reaccionar. Una segunda manga con un guion muy parecido a la primera, pero esta vez con los papeles cambiados. Todo quedó en tablas, con una última bala en juego que iba a decidir el ganador. Y en el momento clave, el descaro de Alonso y Esbrí fue determinante. Los dos jóvenes llegaron más frescos y más activos de piernas al tramo final para sellar la victoria por 3-6, 6-4 y 6-4.
Un sueño cumplido para Edu y Juanlu, que besaron el santo cuando el choque terminó. Un torneo inmaculado para los dos jugadores del 2001, que recordaran este Alicante Open 500 durante toda la vida.
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