Jugar a pádel al aire libre implica depender de una forma muy directa de las condiciones climatológicas. En este caso, la humedad es uno de los factores que más puede perjudicar en el desarrollo del juego.
Cuando llega el invierno, jugar a pádel en pistas outdoor es más complicado. Por un lado, es verdad que para muchos es mejor abandonar las altas temperaturas del verano y disminuir las horas de sol para practicar el deporte más cómodos. Sin embargo, factores climáticos como el frío, la nieve, la lluvia o la humedad afectan directamente al desarrollo del juego hasta el punto de impedir su práctica.
En el caso de la humedad es uno de los factores que más molesta a la hora de jugar. De hecho, recientemente vimos como se suspendía una jornada del Premier Padel Major Monterrey por culpa de la humedad.
No obstante es importante mencionar que, generalmente, en pádel amateur el partido sí que se jugará, ya sea con o sin humedad. Es decir, no se perderá una reserva. Sin embargo, si los jugadores conocen las condiciones de la pista y saben que hay posibilidades de presencia de humedad, seguramente decidirán cambiar de ubicación, aplazar el partido para otro día o buscar directamente una pista indoor.
No obstante, seguro que alguna vez os habrá pasado de ir a jugar a pádel y encontraros con una pista con los cristales empañados y con el suelo prácticamente mojado por culpa de la humedad. En estos casos, estos son algunos conejos que os pueden servir para aprovechar de la mejor forma posible la partida.
Consejos para jugar a pádel con humedad en la pista
Cuando hay mucha humedad en la pista de pádel, el juego cambia porque la pelota pesa más, bota menos y también cambia su forma de salir de las paredes.
Por lo tanto, bajo estas condiciones, recomendamos buscar un estilo de juego con menos potencia y más precisión. Es decir, golpes como el remate serán menos eficientes y, por lo contrario, golpes de poco bote y precisos al fondo del campo rival serán más efectivos. El objetivo, más que nunca, debe ser jugar desde una posición lo más ofensiva posible.
La superficie mojada provoca que la pelota y la pala también queden impregnadas de agua, así que debemos estar más atentos en defensa porque el recorrido de la pelota será menor. Es importante mantener una buena activación de piernas para flexionar y buscar la bola más a bajo de lo normal. En este caso, salir con golpes a bote pronto será muy útil. Cuando la bola nos venga en otras posiciones, como en la volea, también debemos adaptar el armado y hacer un movimiento más corto porque el tiempo para golpear la bola se reduce. Golpear plano y evitar efectos también nos ayudará a minimizar posibles errores.
Otra recomendación es evitar que la pelota toque en las paredes. La presencia de humedad dificulta mucho el juego con las paredes, ya que no se sabe realmente cómo saldrá la pelota -seguramente de las paredes laterales saldrá más rápida y de la de fondo caerá en dirección vertical hacia el suelo-.
De este modo, en situación de defensa, la mejor opción es buscar la anticipación. Por lo contrario, en ataque, buscar golpes profundos y forzar al rival a jugar con las paredes también será un buen recurso para forzar su error.
En definitiva, cuando hay humedad en la pista de pádel las condiciones de juego cambian drásticamente. Por lo tanto, es importante saber cómo adaptar tu juego para minimizar las dificultades y tratar de aprovechar otras oportunidades.
En este sentido, es muy importante dominar el juego desde la red para tener la iniciativa y evitar el juego desde fondo de pista con las paredes. Por otro lado, en defensa es clave buscar la anticipación, estar activos de piernas y responder con globos y golpes lentos para alejar al rival de la red o dificultar su ataque con el objetivo de recuperar la posición de ataque.