Hay muchos aspectos que pueden influir al rendimiento del jugador dentro de una pista de pádel. Sin embargo, una de las grandes claves para sentirte cómodo jugando al pádel es encontrar una pareja con la que realmente te entiendas. En este sentido, a la hora de escoger un compañero encontramos algunas variables a tener en cuenta como por ejemplo la relación con la otra persona o feedback, la posición que suele ocupar en la pista o incluso el estilo de juego de cada jugador o jugadora. Por eso, en la Chiquita os explicamos detalladamente algunos de los aspectos más relevantes para que puedas elegir a tu pareja de pádel ideal.
Tener buena sintonía dentro y fuera de la pista, un aspecto vital para elegir pareja de pádel
Más allá del nivel, estilo de juego o posición de cada jugador, uno de los aspectos más relevantes para entenderse con otra persona dentro de la pista es la relación que hay entre ambos. Y no solo en el momento de jugar, sino también cuando estás fuera de la pista. Es importante que cada miembro de la pareja sepa cuáles son las fortalezas y debilidades de su compañero, tanto en aspectos del juego como también a nivel psicológico.
Sentir el apoyo de tu compañero es un aliciente muy relevante, sobre todo en esos momentos del partido en los que pasas por un mal momento y aparecen las dudas. En este preciso instante es cuando más necesitas el apoyo y el ánimo de tu pareja, de aquí que también es importante tener un buen vínculo fuera de las pistas (y no solo en el momento del juego). De esta forma, la relación entre ambos será más próxima y no solo servirá para sentir su apoyo en los momentos difíciles, sino que el buen entendimiento también afecta directamente a tener un mejor rendimiento a la hora de disputar un partido.
La importancia de tener una buena comunicación
Si nos fijamos en los partidos de pádel, ya sean de profesionales o de categorías más amateurs, veremos que los jugadores constantemente están hablando con sus compañeros. Por eso, tener una buena comunicación con tu pareja será totalmente fundamental, también para que ambos jugadores se ayuden a la hora de tomar decisiones más acertadas. En este sentido y con relación al punto anterior, tener una buena relación dentro y fuera de las pistas también influirá claramente a la comunicación que tenga la pareja. Es decir, cuanta más confianza tengamos, más nos atreveremos a hablar con nuestro compañero.
Hablar constantemente con tu pareja durante el partido puede es algo realmente positivo, aunque hay ciertas situaciones en las que la comunicación se vuelve especialmente fundamental. Es el caso, por ejemplo, de las pelotas divididas. Ese momento en que una bola queda en medio y se suele dudar quién debe ir a golpear. En este tipo de situaciones, es muy importante que cualquiera de los dos jugadores de la dupla indique a su compañero que va a por la pelota. Así, se podrá golpear la bola mucho más cómodamente y con total confianza, algo que puede evitar muchos errores no forzados.
Por otro lado, también es especialmente importante comunicarte con tu compañero para indicarle la posición de los rivales en la pista. A veces es complicado mirar hacia la pelota y, a la vez, tratar de ver dónde se encuentran tus contrincantes en el otro lado de la pista. Por este motivo, hay muchas situaciones en las que el jugador que no va a golpear la pelota deberá observar la posición del oponente con tal de guiar o recomendar a su pareja hacia donde puede dirigir el golpe.
La posición: jugar en la derecha o en el revés
Otro de los elementos a tener en cuenta a la hora de decantarse por un compañero u otro es el lado o posición en el que está más habituado a jugar. Es decir, si nosotros estamos acostumbrados a jugar en el drive, convendrá que busquemos una pareja que lo haga en el revés. Y así a la inversa. Siempre será mejor tener a alguien al lado que se desenvuelva mejor en la posición opuesta a la que ocupamos.
Sin embargo, una situación ideal para una pareja de pádel es combinar un jugador diestro con otro que juegue con la mano izquierda. En esta situación, el diestro siempre ocupará el lado izquierdo y, por ende, el zurdo jugará en la derecha. De esta forma, podremos generar una ventaja importante -sobre todo a la hora de dominar la red-, ya que ambos jugadores podrán defender el centro de la pista con su drive.
Pero, aunque se trate de una situación recomendada, el hecho de combinar un zurdo con un diestro no tiene tampoco por qué suponer una ventaja. Y, además, no siempre será fácil encontrar un compañero que utilice la mano contraria a nosotros. De hecho, si nos fijamos en el pádel profesional veremos que predominan las parejas de diestros, con compañeros que juegan con la misma mano. En este caso, tendremos qué tener en cuenta en qué lado de la pista nos sentimos más cómodos y tratar de buscar a alguien que, a parte de reunir los aspectos que hemos expuesto anteriormente, se desenvuelva mejor en la posición opuesta. Así, el rol de cada jugador también quedará más bien definido.
El estilo de juego: buscar siempre el equilibrio
Por último, más allá de la posición que ocupes dentro de la pista, hay otro aspecto importante relacionado directamente con el juego. Estamos hablando del estilo de cada jugador: nos encontraremos con algunos perfiles más ofensivos y potentes, otros que destacan por su técnica, algunos que lo hacen por su habilidad en la volea, nos encontraremos con jugadores incansables en la defensa e incluso veremos otros tipos más completos o polivalentes. En este sentido, a la hora de encontrar tu pareja de pádel ideal, siempre será importante encontrar un equilibrio entre las características de cada miembro. Así, será más sencillo a la hora de potenciar las virtudes de cada uno y tratar de minimizar las debilidades para no forzar demasiados errores.
¿Esto qué significa? Nosotros debemos tener claro qué tipo de jugador somos y cuál es nuestro estilo de juego. Así, será recomendable jugar al lado de un compañero que tenga características distintas a las nuestras con tal de complementar nuestros puntos fuertes y, a la vez, tapar las posibles carencias o debilidades que tiene cada jugador. Si logramos igualar la balanza en cuanto a características de cada miembro de la pareja a la hora de jugar, entonces también nos será mucho más fácil asumir cuál será nuestro rol sobre la pista -sobre todo en ciertas situaciones de ataque o defensa-.
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